Niños que rechazan el colegio
La fobia escolar, o rechazo al colegio, es un trastorno incapacitante por las repercusiones que tiene en el rendimiento escolar del niño y en sus relaciones sociales. Tiende a ocurrir entre los 3 y los 4 años de edad y, sobre todo, entre los 11 y los 12 años, cuando hay cambios de escuela o de ciclo. Afecta a un mayor número de niños que de niñas.
Fobia escolar
Los miedos infantiles son frecuentes (se calcula que afectan a un 40% de los pequeños), pero los miedos a la escuela sólo afectan, aproximadamente, a un 18% de los niños de entre 3 y 14 años. Y la fobia escolar, a alrededor del 1,5% de la población infantil escolarizada.
Para algunos autores, la fobia escolar es un fenómeno complejo que puede indicar la existencia de una fobia específica (miedo a ser herido en el recreo), de una fobia social (temor al ridículo), de un trastorno obsesivo-compulsivo (miedo a ensuciarse) o de una ansiedad de separación. Esta última es fácil de identificar: el niño tiene conductas de ansiedad no sólo cuando se separa de la madre para ir al colegio (en cuyo caso estamos ante una fobia escolar), sino también en cualquier otra situación que implique separación.
Cuando se manifiesta el rechazo al colegio
En niños pequeños, el comienzo de la fobia escolar suele ser repentino. Se manifiesta en forma de quejas: «La señorita me tiene manía», «los niños me pegan», «la comida del cole no me gusta»...
Es frecuente que esa desgana surja el primer día de clase, a la vuelta de las vacaciones, el lunes, tras una enfermedad... y puede evolucionar hasta la negativa del niño a ir al colegio. El pequeño empieza a no querer levantarse de la cama, tarda en asearse, no colabora para vestirse o para desayunar...
Cómo se manifiesta la fobia escolar
A la fobia al colegio le preceden o acompañan normalmente:
1. Síntomas físicos que indican ansiedad (inapetencia, vómitos, dolor abdominal, diarreas, dolor de cabeza o taquicardia).
2. Síntomas de anticipación de consecuencias negativas (teme que le castigue el profesor, que los otros niños se rían de él o de ella; desvaloriza sus capacidades intelectuales…).
3. Aparición de diversos temores inespecíficos (miedo a la oscuridad, a los ruidos...).
4. Dependencia muy fuerte en su relación con la madre.
La adquisición de la fobia escolar viene precedida de una serie de indicadores: problemas de relación con otros niños (peleas), ausencia de habilidades (el niño no sabe vestirse solo, no tiene hábitos de aseo, no comparte juegos...), o incapacidad de adaptación a las situaciones nuevas (el colegio). Como consecuencia, desarrolla una conducta de evitación y, si se le fuerza, puede llegar al ataque de pánico o a la huida del colegio.
Factores que favorecen el rechazo al colegio
La depresión y los trastornos de ansiedad de los padres predisponen a la fobia escolar, ya que dificultan que el niño aprenda estrategias adecuadas de afrontamiento. Otros factores que pueden favorecer su aparición son los relacionados con malas experiencias en la escolaridad o con sucesos traumáticos: la separación de los padres, un fallecimiento, una enfermedad... Hay una estrecha relación entre la ansiedad materna, la sobreprotección de los hijos y las respuestas de ansiedad por parte de éstos.
La fobia escolar es un trastorno con buen pronóstico si se detecta y se trata rápidamente: si aparece en los primeros cursos de escolaridad, si estamos ante el primer episodio que ocurre, si el comienzo es brusco y no gradual, si se tiene la colaboración de padres y profesores para que sepan interpretar las quejas somáticas, si se entrena al niño en habilidades sociales y de mejora de la autoestima, si se fuerza al pequeño a ir al colegio, preferiblemente acompañado del padre u otra persona distinta de la madre, y si se le anima cuando permanece allí algunas horas.
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